31.12.06

¡QUÉ ABURRIMIENTO!

¡QUÉ ABURRIMIENTO!

Oscar Wilde decía que mientras las guerras fueran percibidas como terribles, nunca desaparecerían, pero que en cuanto se las viera como ridículas, caerían por sí solas. Algo así nos está pasando con los descerebrados de ETA. Para mí, aunque me mataran mañana mismo, eso no tendría siquiera la consideración de terrible, de tragedia de nuestro tiempo…. Sería simplemente una gilipollez porque no han entendido nada. Están absolutamente “demodé”, jugando a “hazañas bélicas” como si realmente su territorio hubiera sido invadido, sometido, esclavizado. Pero, claro, como el PNV y otros tantos interesados los han venido jaleando, subrepticia o claramente, como “gudaris” vascos y no sé qué sandeces, pues ellos siguen con sus guerras carlistas dándonos el turre y queriendo salvar a los vascos de no se sabe qué y sin que nadie se lo haya pedido.

El bombazo del sábado en Barajas hace más ridícula aún aquella escenificación de la “tregua permanente” con capuchas y “txapelas” de gala como signo identitario, genealógico y pata negra de la vasquidad más pura. ¡Anda ya! Y encima utilizando a una mujer de la banda para que “pusiera la voz” como garantía… de nada. Ahora se nos hacen los feministos ¡lo que nos faltaba!

Toda esta importancia que se atribuyen a través de sus voceros, viene del protagonismo brindado continuamente por la inercia perezosa de los medios. Es un tema comodín, como el fútbol. Hablar de ETA, de la “kale borroka”, ahora del “proceso de paz”…, se ha convertido en un “clásico”. ¡Qué rollo! Llevamos así años y años. Nos perdemos el poder comentar temas mucho más interesantes y urgentes, pero la pereza mental de nuestro periodismo ha encontrado la horma de sus neuronas: algo sin ningún interés y sin contenido filosófico de ningún tipo.

Estoy con Savater cuando afirma que el problema de ETA no es un problema político, sino psiquiátrico. Efectivamente, se trata de un problema virtual, quimérico, un delirio colectivo que ha malogrado la vida de los que han caído en ese torbellino de locura y de sus víctimas. Es tan ridículo que varias generaciones de vascos sacrifiquen a muchos de sus hijos a ese Golem automatizado, robotizado, descerebrado, que si se le quitara a ETA y a su lucha el señuelo patriótico, romántico y de izquierdas, veríamos el espantajo que anida tras semejantes nacionalismos en pleno siglo mestizo del XXI. Esa nostalgia de identidad pura, de volver al seno de la tierra madre que engendra auténticos vascos sin mezcla de mal alguno… es sin duda una locura sin sentido en sí misma. Pensar que algo así se puede conseguir simplemente independizándose del Estado español, supone, cuando menos, una lógica totalmente infantil. Ahora bien, si el problema es el odio irredento por todo lo español, no hay otra solución que una terapia colectiva porque con ese sentimiento no es posible vivir una vida propiamente humana. Ellos creen que separándose, al menos olvidarán el objeto de su odio; podrán ignorarlo y, claro, no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Con ello se sentirán vengados. Lo que dije: una locura. ¿Cómo se dialoga con la paranoia? No con políticos, sino con psiquiatras. ¿Por qué no lo prueban?

No me interesan a estas alturas –ni a mí ni a nadie- las opiniones estancadas de los periodistas ni los circunloquios repetitivos de los políticos. Es ya un tema realmente aburrido, tan aburrido que propongo que, cuando terminen con toda esa vaina, nos cuenten en media hora el fin de esta historia tan “cutre” por parte de unos, de otros y de los de más allá. Mientras tanto, que se callen, por favor. Que hagan periodismo, que hagan política, porque mucho peor que el terrorismo de “txapela” es la matraca de cada día con este rollo a cuestas.

Que no nos distraigan, please. El peligro, el verdadero peligro está en otro lugar. ¿Es que no lo ven? ¿No ven que el terrorismo machista es mucho más espantoso? Imaginen lo que es tener que dormir con el propio enemigo en la misma cama. ¡Eso sí que es terror! Supongo que muchas mujeres, para no suicidarse, han tenido que elaborar un retorcido “síndrome de Estocolmo” que las ata emocionalmente a su secuestrador: otra locura. ¡Qué mal estamos!
CASANDRA

27.12.06

EL OTRO CABALLO DE TROYA

EL OTRO CABALLO DE TROYA

No sé si es que estoy aquejada de una paranoia aguda o si hago bien en no perder de vista al caballo de madera de los aqueos, pero el pasado 17 de diciembre me desayuné con una portada periodística que me dejó estupefacta para el resto de la jornada. Algo así como “a instancias de los conversos musulmanes españoles, Arabia Saudí financiará la segunda mezquita más grande de Europa en Córdoba, cerca de Medina Azhara…” No sé si con la primera se refieren a la Mezquita Azul de Estambul…, pero en todo caso da igual. La cuestión es que van a construir un gran centro de peregrinación islámico en el corazón mismo del antiguo califato: en Córdoba. ¿No resulta, al menos, sospechoso?
¿Quién vende esos terrenos? ¿Quién los compra? ¿Quién da los permisos de construcción? ¿Quién es tan estúpido como para frotarse las manos con la posibilidad de que Córdoba se convierta en un foco de atracción para turistas forrados de petrodólares, como se decía antaño? Jeques, príncipes, ayatolás, mulás, morabitos, casas reales y séquitos de las mil y una noches…., Marbella a lo bestia. ¿Qué político ingenuo sueña con inaugurar semejante maravilla, con ponerse las medallas del acontecimiento del siglo? En este posible evento yo no veo más que otro “caballo de Troya”, como aquel que llegaba a la ciudad amurallada con la noble intención de rendir culto y dar gracias a un dios olímpico, a un tal Poseidón por cierto. Sólo Casandra supo intuir la astucia tramposa de Odiseo, pero ¿quién de entre los piadosos troyanos podía oponerse a que se venerara a los dioses con inocentes cultos y oraciones? Sin embargo, aquella loca agorera mesaba sus cabellos y lloraba el fin anticipado de su ciudad.
Cuando comenté con una amiga el peligro que esto suponía, me dijo lo que el sentido común afirmaría: que mis recelos suponían reconocer que el Islam es más peligroso que la Iglesia Católica. ¡Claro que sí! Por supuesto que ahora mismo es mucho más peligroso el Islam que la Iglesia Católica, que lo fue en el tiempo de las cruzadas o de la Inquisición. Ahora sería impensable un Estado teocrático católico, salvo el Vaticano, pero no así sucede con el Islam.
No entiendo cómo a muchos progres les parece estupendo eso del Islam y encima van y se convierten. Bueno, sí lo entiendo. Total, ellos no tienen mucho que perder, porque cuando una civilización entra en recesión somos las mujeres las que retrocedemos todo lo avanzado, pero al hombre interesado en el poder se .le brindan más oportunidades, al menos en la familia, en la que puede ejercer de señor absoluto, y más si es polígamo. Que el secretario general de la federación de “conversos españoles” sea secretario, a su vez, de organización de Izquierda Unida, no lo entiendo del todo; pero que la abogada "conversa" de la entidad sea una señalada militante del PSOE…. me deja sin sueño. (R.M. Rodríguez Magda: “La España convertida al Islam”. Áltera. P.35)
Sigo insistiendo en que el Estado aconfesional está cuajado de trampas, sobre todo para nosotras. Por eso es el movimiento feminista el que, una vez más, tendrá que abanderar la marcha lúcida hacia un Estado laico, que impida de raíz aventuras de multiculturalismo patriarcalista. En ellas, la diversidad constituye un simulacro que esconde la identidad de origen. ¡Ojo al caballo!
CASANDRA